
El sello que nos enseño a ser adolecentes, Sub Pop, dejo de serlo ya hace tiempo. En estos momentos ya está tratando de decidir que hará con su vida, cambiara de trabajo a trabajo; ya que decidió no terminar la universidad, seguirá luchando contra su problema de acné y seguirá negándose a cortarse el cabello al final del mes. Sub Pop cumple alegres sus 23 años de edad; el sello que Bruce Pavitt y Jonathan Poneman iniciaran en 1986 y que no fuera hasta 1988 cuando, después de una fiesta en las recién abiertas oficinas del sello en April’s Fool, se tomara la decisión de empezar a contar un numero tras otro. Y cuando hablamos de crecimiento, el sello de Seattle le ha sucedido todo lo que a un adolecente le tuvo que pasar: confusiones (aquel reflujo llamado grunge), peleas con los padres (la salida de Poneman en 1996), su primer trabajo (la venta del 49% del sello a Warner Bros.) y su baile de graduación (aquel éxito que les dio Bleach).
Sub Pop nos dio Nirvana, aquellos primerizos muchachos de Seattle, aquel compilado de Sub Pop 100, los dibujos de Charles Burns en aquellos fanzines del sello que se distribuían por correo, la mitad de la ola del indie de los noventas se la debemos a ellos; a Steve Albini, Sonic Youth, Sleater-Kinney, The Thermals, Fleet Foxes, Wolf Eyes, Avi Bufallo, Dinosaur Jr, Deerhunter, Beach House, Low, The Postal Services, Fugazi, Dum Dum Girls y a todos aquellos que hicieron, siguen y seguirán haciendo del sello de Seattle un monumento a la independencia remunerable, del objetivo trascendente y del compromiso que tienen al acetato.
Felicidades Sub Pop.