Seefeel - Seefeel
(2011, Warp) LP
Viene a bien que Warp absorte sus pecados recientes retomando la etimología común de su misticismo: lo abstracto. Seefeel pone fin a un silencio de 14 años con el lanzamiento de un homónimo en la casa del morado y blanco en Sheffield: Mark Clifford y Sarah Peacock, cabezas principales del grupo, enlistaron a Shigeru Ishihara y Iida Kazuhisa remplazando a Daren Seymour y Justin Fletcher al bajo y batería respectivamente, quienes no han podido ser parte del reencuentro del grupo por responsabilidades ajenas; sus remplazos, músicos japoneses, aportan sustancial distanciamiento de las costumbres comunes del grupo, más aun están altamente aparentadas con las mismas.
Ishihara, mejor conocido como DJ Scotch Egg, estrella del gabba breakcore (de aquellos géneros los cuales parecieran solo ser propiedad japonesa) no solo es extrañamente pulcro; su clase para aportar detalles resulta interesante al uso del bajo como abrupto instrumento percusivo. Kazuhisa por su parte tiene un historial del abuso en los tambores; un repaso por el mismo es la revelación de toda una carrera a un lado de Boredoms, y aquí presume las instancias de su arte: los dos han creado una base rítmica tan estimulante como hipnotizante, que sirve de (in)estable invocación a las guitarras y atmosferas procesadas de Clifford y las voces de Peacock: cuya fórmula se erige de sugerentes texturas y ambientes.
Mitad abstracción, mitad banda de rock, el grupo de Londres siempre ha trabajado en una idea híbrida en medio del shoegaze y la idm. Seefeel, tanto el grupo como el álbum, es exactamente una continuación de sus trabajos pasados. Aun con el cese momentáneo del grupo de más de una década y el cambio de formación, el material no cae muy lejos de lo que podríamos suponer una continuación coherente del (CH-BOX) del 96. Y eso es tan bueno como malo. El abanico de expresiones propias del grupo se repite de manera correcta, pero el cuestionamiento es si en realidad se necesita hacerlo: claramente seria más reconfortante defender y celebrar un material que alabe las ideas propias de Clifford y Peacock, pero un retorno en forma que ha tomado tanto tiempo debería en su caso reafirmar su sonido y reinventar su porvenir. Aun así su homónimo apunta un ciclo que bien podría volver a existir, y si en su caso eso significa aun más discos del grupo londinense, uno no podría esperar menos.