3 de julio de 2010

Resena: Tom Waits - Rediciones 2010

Tom Waits
Closing Time (2010, Elektra), LP, RE
Heart of Saturday Night (2010, Elektra), LP, RE
Nighthawks at the Dinner (2010, Elektra), LP, RE
Small Change (2010, Elektra), LP, RE
Mule Variations: 11th Anniversary (2010, Anti), LP, RE


Thomas Alan Waits es por sí mismo una institución. Hombre, artista, trovador, carnicero, doctor de pueblo, cirquero, domador de tigres; el de Pomona ha sabido probarse los trajes que se le ha venido en bien crearse, todos con tremenda porte y encarnación. Hablamos de intenciones inquietas. En 1973 un trovador californiano cualquiera debutaría en Asylum. Tomando en cuenta su carrera, “Closing Time” y “Heart of Saturday Night” son una anomalía. En alguna parte de las composiciones que componen sus dos primeros materiales se deja ver, muy en el fondo, el estilo que Waits, que junto con su esposa, Kathleen Brennan, definirían años después en la saga de trombones, perros mojados y huesos. Haciendo gala de su novata bohemia de burdel de jazz Waits es ingenuo, de mirada brillante, aun así, es bastante incisivo en los dos discos, da en el clavo con esos roces de jazz, folk y blues que ha venido en bien fundir; aquellas tres bases que nunca dejara. Se le escucha seguro y sobresale con nota; sabe usar su pluma y sus dedos son solemnes hacia el piano. En los dos materiales presumía ya sus cartas de vividor asiduo a los tugurios de bourbon, y curioso es el hecho de escuchar su voz sin su aguardentoso porte que lo define ahora. Pero hay una diferencia: algo sucedió en Heart Of Saturday Night. Quizás fue demasiada cafeína, mucho tabaco, excesivo consumo de Burroughs; lo que sea que fue, aquí su estridente palabra se hacía de una labia desbordante, una entonación completamente atrapante. ¿Dónde quedaba ese afable trovador de un año atrás? Quizás perdido en medio del camino, con varios vasos de whiskey encima, con un insomnio insoportable y un cabello que no se puede acomodar: lo escuchas poco en The Ghosts Of Saturday Night, pero cuando la aguja sale a relucir la introducción del directo Nighthawks at the Dinner es el; está presente; con cinco vasos de wiskey de mas, tres semanas de insomnio y un cabello que solo puede contener esa gorra que avisa la lluvia. El registro es excelso: tanto que se puede percibir la temple de Waits en medio de una fuga de humo que sale de su cenicero. Toma el piano, lo suelta, canta, recita; todo fluye. Es casi inmediato hacer notar que sus pasos son más avanzados y que se este hombre está buscando problemas. Inclusive, ese encanto pachuco que siempre ha tenido el Californiano reluce entre los senderos de su labia.

Tom Traubert's Blues (Four Sheets to the Wind in Cophenhagen): la primera gran balada de Waits: y no por qué no había escrito ya grandes baladas, si no porque no había escrito alguna así. Si el título del álbum da alusión alguna, Small Change ("pequeño cambio"), es casi una burla. No es un pequeño cambio, aquí Waits pasa de trovador de bar sabatino a compositor de categoría. Bastante le sobraron las poses de un cantautor que no quería sobrevivir de registros comunes. En Small Change podemos escuchar a un Waits completo, de peso pesado; ese Waits que nos ha acostumbrado a esperar: aquel que pareciera llevar días con algo atorado en la garganta (Jitterbug Boy), aquel que se presenta agresivo y en el fondo tiene el corazón mas ligero (I Wish I Was in New Orleans), inclusive aquel vendedor excesivo de mercancía ambigua (Step Right Up). Es Waits al completo.

Elektra quizo demostrar y estar a la altura; re editar los primeros tres discos de Tom Waits quizás no era un reto masivo, pero para cualquier completitstas obsesionado con el de Pomona tener la oportunidad de tener replicas de las ediciones originales, descontinuadas años atrás ya, es algo por lo cual no se pregunta el precio. Todos los discos de Elektra editados en acetato de alto gramaje, con portadas brillantes y el arte al completo.

Reeditado igualmente en este año, debido a su onceavo aniversario, Mule Variations sería el último disco de Waits en el siglo veinte. El californiano, a sus entonces 50 años, abría y cerraba dos cajas de pandora a la vez. Continuando con esa excesiva agresividad y versatilidad que se le escuchaba en el Bone Machine de 1992, cerraría esa etapa con un disco que acentúa aquellas fortalezas y abre el camino con otros detalles hacia lo que después se convertiria en Real Gone y gran parte del Orphans. Una unión de su pasado y su camino futuro; Marc Ribot, quien le ayudo a redefinir su sonido desde su primer encuentro y colaboración en Blue Valentines está presente en casi todo el disco, al igual que Les Claypool; los dos serian principales responsables, cinco años después del Real Gone, alguna clase de extensión de lo que Bone Machine y Mule Variations lograría, pero a diferencia de su trabajo del 2004, en este Waits deja espacio a esas baladas que lo han caracterizado tanto: Hold On tiene aquel sentimiento de Jersey Girl, inclusive suenan aparentadas. Picture In A Frame es una abierta composición a su esposa, y si hablamos de los siempre existentes clásicos del de Pomona, los últimos temas del acetato desprenden lagrimas a granel. Take It With Me es, sin duda, una de las canciones mas hermosas del cancionero Waitsiano; sutil, hermosa, predice esos aires que luego encontrarían hogar en Alice de un manera romántica y hermosa. Y la que le sigue, Come Up to The House repite ese mismo sentimiento con un ajuste de enjundia. Mule Variations es de esos discos que saben demostrar los mejores puntos de Waits; su versatilidad de registros, su calidez como intérprete, sus increíbles colaboraciones y músicos (Charlie Musselwhite, en casi todo el registro), su atrevimiento siempre con elementos fuera de su “estilo” (el uso de tornamesas y scratch), su capacidad como compositor consagrado y principalmente el hecho de que a cada paso, disco tras discos y año tras año, Waits no deja de sorprender ni, al parecer, dejar de sorprenderse a el mismo.

En general, las rediciones, bien merecidas, de Tom Waits editadas este año (aun falta por editarse el volumen 1 de sus Early Years, cuando era un chico folkie con una guitarra acústica), son necesarias para entender el trabajo de músico de culto, un perro mojado, un solitario muchacho de Coney Island, una prostituta de media noche, un constructor misterioso, un Jesus de chocolate… y lo que le falta por convertirse.