16 de noviembre de 2011

The Cazals Tapes, Vol. VII: Putos Fever! (Eduardo Jimenez)

The Cazals Tapes, Vol. VII: Putos Fever!
Eduardo Jimenez (México)
01. Mano Negra - Noche De Accion
02. Boredoms - Go Come Uparks
03. Black Dice - La Cucaracha
04. Los Nena - Me iré Mery
05. Shit & Shine - The Trees Shall Mourn
06. François Coballa - Licking Vicious Blues
07. Lapatentependiente - Ocre
08. Scott Walker - Jesse
09. La Candelaria - Lo Que Vivi Contigo
10. Daniel Johnston - Story Of An Artist

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Eduardo Jiménez, conocido en el lingo del ruido mexicano como Lalo Patente, es un músico y artista mexicano; en el más unortodoxo sentido de la palabra: integrante del combo musical Lapatentependiente, fundador del sello Hacked Tapes y hábil programador de medios experimentales: Eduardo ha estado cerca del sulfuro y la peste, se codea fácilmente con la belleza y gusta de recorrer los caminos difíciles sobre los sencillos. Su trabajo está ampliamente aparentado el uso de equipo electrónico y nuevas tecnologías pero al mismo tiempo con las obsesiones escatológicas e intereses personales que surgen en su tiempo.

Me he preparado durante los últimos 15 años para lograr producir algún tipo de arte y que sea apreciado, pero no lo he conseguido. Y día con día me canso mas”, menciona dando pocas vueltas a la cabeza, repasando si su días de artista torturado cada vez van dejando lo artista para consagrarse mas en lo torturado: “Consagrarme en el fracaso mas no en lo torturado: por más que trato de parar estas ganas de producir arte me doy cuenta que es un pequeño cuarto obscuro del cual no puedo salir. El arte es un abuso” y continua: “La música es lo que me llama a crear. Nunca estoy conforme con el resultado; y siempre me detengo a admirar mi trabajo; y creo que ese es el problema. Es como cuando miras a una chica hermosa y te preguntas si es realmente lo que quieres”.

Dicen que la verdad es contraria a la creencia y cualquiera que conoce a Lalo ha de reconocer una frase que le gusta propinarla cada vez que se puede: “Soy un mentiroso, no me creas nada”. Y dando vueltas en el fracaso y la tortura, Lalo no encuentra conformarse ni siquiera con sus mentiras: “Con Lapatente queríamos lograr un show como el de los Residents pero nunca tuvimos presupuesto; queríamos que fuera como un circo, pero nunca fue así. Mi proyecto Kauffman es una mentira; nunca estuve conforme con ese proyecto” y cuando se le cuestiona si la influencia es igual de inconforme o mentirosa es cuando un rayo de luz ilumina la miasma: “La influencia es lo que me mantiene haciendo esto, la razón más importante, mis influencias son mis amigos cercanos tratando de hacer algo por la música y por eso decidí lanzar un sello y editar la música de mis amigos, la música que no le interesa a nadie”.
La música es lo que me llama a crear. Nunca estoy conforme con el resultado; y siempre me detengo a admirar mi trabajo; y creo que ese es el problema. Es como cuando miras a una chica hermosa y te preguntas si es realmente lo que quieres”.
En 2003 Eduardo, junto con Carlo Magaloni iniciaron Lapatentependiente. Afamados del ruidismo local, se hicieron de un nombre que ya goza respeto. El mismo se ha envuelto en varios proyectos, desde los Shy Boyz, La N Band y Kauffman. Pero claramente su meta no ha sido ni siquiera cumplida a mediana manera. Cuestionándolo sobre sus éxitos y orgullos se limita con un “No hay nada de eso”, pero sin dudas el trabajo más importante que Eduardo ha conseguido materializar es Hacked Tapes: “Es un sello que me invente para editar mi música y la de mis amigos, también decidí que sería en casete para que fuera menos accesible al público, si realmente te interesa escuchar lo que hacemos tienes que conseguir un toca cintas y esperar a que pase track por track para ir descubriendo que pasa”. El formato análogo siempre divulga el mensaje, no hay forma de brincarlo, pero al mismo tiempo requiere más espacio y esfuerzo: “Me gustan las dos publicaciones que se han lanzado, van 2 y en año y medio no se ha publicado nada. No tengo prisa por publicar, hay lanzamientos en espera, solo es cuestión de decidirlo y sacarlos” prometa Lalo, y sobre sus propios proyectos, quizás tengamos que esperar aun mas: “Es difícil que me ponga a grabar, los últimos 2 años me he dedicado a presentaciones en vivo, lo último que se edito fue una pieza que tarde 3 años en grabarla y no es porque sea una gran pieza hablando de composición , simplemente es una muestra de la apatía que voy consiguiendo año con año
"Me conmueve la música de la gente cercana a mí, cuando la escucho es cuando me siento vivo, incluso cuando escucho lo que he producido: me hace sentir vivo”.
Conocer a Lalo es una experiencia solemne; recuerdo que la primera vez que me enamore de sus dientes chuecos fue cuando hablamos de Daniel Johnston y Autechre. Ahora, cuatro años después, esta de invitado con una mixtape igual de incorrecta que su dentadura: “Son cosas que escucho constantemente. No es lo único que escucho pero si persiste mucho en mi playlist” confiesa sobre sus elecciones musicales. Putos Fever!, como le denomino a su regalo a la colección, ya la séptima entrega, empieza con aquel ya clásico reclamo de una noche de acción: “Mamón, hijo de puta, cabrón”. De ahí, Boredoms, Black Dice, Shit & Shine: “Es raro, apenas conocí la música de Scott Walker hace unos meses y estoy maravillado” menciona Lalo sobre Jesse, aquel himno barítono del mencionado Walker que aparece tal cual fantasma adicto a la cocaína en medio de la colección; y la música continua: “Los Nena será algo que siempre escuchare, Francois Coballa es un compositor que está muerto pero en ocasiones graba canciones y me las pasa”. Y al final, la luz que deja entender mucho de los sentimientos e intenciones del mismo Lalo: Daniel Johnston. “El es de toda la vida” asiente, y con la elección de Story Of An Artist, cierra un atinado recuentro con sus inquietudes, sus gustos y su humor. Y si por algo Lalo sigue de pie entre tanta basura, son esas razones embalsamadas sobre el arte sonoro: “Lo es todo en mi vida, puede llevarme a lugares inimaginables, del sueño al suicidio. Me conmueve la música de la gente cercana a mí, cuando la escucho es cuando me siento vivo, incluso cuando escucho lo que he producido: me hace sentir vivo”.