8 de diciembre de 2011

2011: Mejores Reediciones

Las reediciones son un tema bastante controversial cuando se trata de pláticas sobre acetatos. En el arte del diggin, realmente no hay opciones: de un lado está el cálido sentimiento de poseer el lanzamiento original, y en el otro, un sentido de culpa al comprar una reedición "20-y-algo" años después; pero aun así eso de "20-y-algo" años después, es bastante común y necesario. Son una forma cómoda de adquirir una grabación que es difícil de conseguir, una edición conmemorativa o simplemente un edición especial del disco: las reediciones se han convertido en un estándar en el fervor del regreso del acetato; si los derechos lo permiten, las compañías lo editan de nuevo. En una entrevista para Serie B Magazine, Cut Chemist comentaba sobre el tema: “Antes era muy estricto con el tema de las reediciones. Tenía mi código ético sobre el asunto. Si no tenías el original no podías usarlo. Pero estoy empezando a despreocuparme en ese sentido”. Y en cierta manera, tiene razón. Algunas reediciones suenan mejor, tienen mejor peso y lucen más brillantes. Para coleccionistas serios, reediciones inclusive pueden significar un motivo más; el fanatico completista nunca tiene suficiente material. 

De esa manera, continuamos con nuestra misión de contabilizar el año en números. He aquí la lista de nuestras elecciones como reediciones del año. 15 discos que fueron sacados de su contexto atemporal,  y social; y puestos en el actual, para recordarnos que aun hay mucho por mirar atrás.

 

A eso que le llama chillwave la crítica moderna, mis oídos lo reciben tal como si fuera una orgia de soul moderno. El esfuerzo de una sola persona, sus intereses y todo aquello que salía de una pieza, en coacción casera, usualmente es emocionante. Es generosamente sano leer mas nombres como referencia a las bandas actuales; y mas las cuales están causando revueltas miniatura. Y hay bastantes de esas revueltas; muy calladas. HTDW desencadena una mirada lujuriosa, como sus pares de género, pero cuando nombres como TLC te vienen a la cabeza para un trabajo que sabes que tus amigos de gafas gruesas y pantalones destiñados van a amar, es curioso observarles y determinar si en realidad entienden lo ambiguo de la situación y en un disco como este, y muchos otros de ese nuevo soul que se tacha de electrónica ambigua, lo ambiguo se convierte en una ganancia. Editado el año pasado, HTDW junto con Tri Angle reeditan este ya clásico del llamado chillwave en acetato blanco con letras doradas con un tiraje de solamente 400 copias.


El personaje que Arthur Russel significa para la composición moderna es de un peso fantasma; aun cuando el músico disfruto de cierto reconocimiento, la evidencia de su culto actual solo puede significar que su desaparición, a causa de complicaciones derivadas con el VIH, le propino una mirada ajena a su trabajo; y desde ese momento, a costa de su muerte, el cuerpo de trabajo con el cual Russel se sostenía se ha ido revistando de manera correcta. Audika pone a nuestra disposición, aquel mítico maxi de dance editado en 1986 con todo y sus remezclas y un bonus track; con ello la búsqueda por entender a uno de los músicos más prolíficos y diversos.

Con la promesa de que la legendaria agrupación de Carolina Del Norte, Archers of Loaf, regresaría en forma para este 2011, la noticia de la reedición de su primer disco callo en las bocas de cualquier coleccionista como dulce al paladar. Poseer esta piedra angular del pop indie es de necesario rigor si se habla del verdadero action rock de los noventas: hablamos de Pavement, Sonic Youth y el sonido de Athens a principio de la mencionada década: se puede uno burlar o simplificar el hecho de que es anticuado, pero si quieres comprobar la ingenuidad, valor y honestidad, la cual ahora los grupos y chicos quieren pasar por alto, este un disco por descubrir, con aquella línea ya clásica del coqueteo indie: “She's an indie rocker and nothing's gonna stop her

El tercer disco del grupo escocés puso de rodillas a Alan McGee y Creation, su discográfica (con ayuda de Kevin Shields) y para 1991 saldría a la calle uno de los discos más influyentes de la música urbana y, sobre todo, inglesa. Como militante de Jesus And The Mary Chain, Bobby Gillespie ya hacía de las suyas con el grupo, pero no fue hasta que dejo de trabajar con los hermanos Reid cuando su carrera con su propio grupo despegaría y que con Screamadelica catalizaran. En la actualidad podemos reafirmar que Primal Scream son alguna suerte de grupo diverso con, posiblemente, la discografía mas psicótica para un conjunto de su calibre; pero Screamadelica, a detalle y en retrospectiva, es la columna vertebral de lo que 20 años después significa el grupo; y veinte años son demasiados si tomamos en cuenta que el grupo aun sigue activo; y de qué manera.

Durante la guerra de Vietnam el ejercito de los Estados Unidos intento, aparte de lo medios comunes, reclutar aun más gente. Dos competiciones dentro de el reclamaron tres ganadores: East Of Underground, SOAP The Black Seeds y The Sound Trek: bandas que estaban formadas por soldados estacionados en bases en Alemania occidental durante los inicios de los setentas. Tales ganadores no solo pudieron tocar durante su servicio; si no, y más importante, grabar un registro y editarlo por medio del mismo ejercito. Aquellos discos han sido una ballena blanca para los coleccionistas. Ya en 2007 Wax Poetics había reeditado el material de East Of Underground en CD, lo cual extendió aun mas su leyenda, pero estos discos nunca han visto la luz de nuevo en acetato. Now Again, sello Californiano de arqueología musical, reedita un boxset suculento con la reproducción exacta de los tres discos editados por sus respectivas bandas.

Nirvana, con Nevermind, comprendía y asimilaba lo que el terreno ya había visto pasar. El punk de Athens, la generación post punk de Nueva York, las radios universitarias, Pixies, Sonic Youth y R.E.M.: el trío emprendió un camino que correspondía la respuesta más correcta a todo ello. La diferencia, pequeña sin dudar, fue que el haber estado en el lugar y momento justo: "Aquí esta alguien que es uno de ellos, canta para ellos y sobre ellos. Y de pronto tienes una camiseta de Nirvana encima" apuntaba Henry Rollins; y en definitiva eso resume un disco que, a veinte años de su edición, sigue marcando una pauta que refleja toda una movilización que generaron tras generación, aun hasta el día de hoy, continua trazando una órbita alrededor de el. "No sonaba histórico; no sonaba como el futuro... solo sonaba fantástico" como diría David Fricke, editor de la Rolling Stone para el documental de Classic Albums sobre el disco en tema. Con su nacimiento, evolución y caída el trío marco el último eslabón conocido del punk; aquella "Historia secreta" como la denominaría Thurstoon Moore en el documental Punk: Attitude: "Los historiadores solo pueden ver ese momento porque no hay un registro de lo que realmente paso antes". Nevermind históricamente tiene un lugar indiscutible; musicalmente su influencia se emparenta con su legado. Nirvana representa el paradigma que resume la historia cultural de los noventa y Nevermind es su eje central. Veinte años han pasado y seguimos recobrando fuerzas a su alrededor.

Dentro de la marca de la W y U, GZA, el genio, como remarcaría Bill Murray en aquella película de Jarmush, es quizás es integrante más atractivo e interesante. No solo posee la lirica de una ametralladora totalmente cargada, si no la autenticidad musical para realizar todo un disco de manera sublime. GZA había lanzado ya un disco bajo el ala de Cold Chillin' Records, inclusive antes de estar con el Clan, pero no fue hasta unirse con sus nueve compañeros y después de lanzar el histórico 36 Chambers que Liquid Swords, el primer disco en forma del rapero, que su leyenda se expandiera por si misma. Producido por su primo, RZA, el capo del Clan hizo se las suyas sampleando por todo el registro Shogun Assassin, aquella jidaigeki japonesa de espadas y samuráis, al mismo tiempo que incluyendo a todos los miembros de la W y U; Method Man tal cual el genio que es en Shadowboxing con mención honorifica. Con 16 años encima, Liquid Swords, editado en 1995, es una piedra angular del hip hop inteligente y sin duda uno de los mejores discos fuera del Clan; y con la promesa al aire de que el duo RZA/GZA lanzara una secuela en sus quince años, nos quedamos por el momento con la reedición en doble acetato de este impresionante disco.

Jimmy Tamborello edito en Plug Research, en aquel 2001, Life Is Full Of Possibilities. Tamborello aposto por la electrónica de medios caseros, aquella de minúsculos detalles, más romántica que cerebral en su primer disco en forma; el cual sin duda es un hito de la electrónica moderna. Si bien el músico californiano venia arrastrando una carrera de glitches desde 1998 en sus antiguos EP’s y colecciones, la energía que caracteriza a Dntel y sus ejercicios de corte y pega pasional tienen mucho más sentido en este disco. Haciendo malabares entre el pop y la electrónica que caracterizo tanto el inicio del milenio, con el agregado de que la afamada mancuerna de Tamborello con Ben Gibbard como The Postal Service inicio aquí. Reeditado ahora por Sub Pop, casa actual del músico, ponen en manos ajenas un doble LP, uno de color blanco y otro rojo, en tono con los colores del arte y diseño del álbum.

Hasta el día de hoy no se sabe si la broma que alguien decidió planchar un día en white labels por toda Europa ha llegado muy lejos o si Richard D James y los genios mancunianos un fin de semana decidieron abundar en su leyenda y hacer un split. Es difícil reconocer los elementos propios de una obra real a manos de estos personajes, aun cuando su estilo sea único bien podría tratarse de un impostor: y de ahí viene lo interesante. Lanzado en 1996, el acetato hacia una promesa la cual parecía imposible: un split de las personalidades más importantes de la electrónica de avanzada remezclando a Saint Etienne. Y de ahí viene la sospecha: si bien solo se edito de manera limitada, sin ninguna información alguna y en ninguna aparente discográfica; y que además las partes correspondientes han negado que el suceso de alguna forma existió, ese pequeño 12 pulgadas con solo dos tracks con lo que pareciera ser AFX y Autechre. Y hoy, a quince años de diferencia; se vuelve a reeditar de la misma manera.

A la velocidad con la cual todo sucede en estos días, escuchar que un veinte aniversario se acerca denota experiencia. Los capos de Warp llevan toda una vida marcando pauta en el terreno discográfico de la electrónica moderna y LFO ha estado ahí desde el inicio. Mark Bell y Gez Varley, en ese entonces, incumbían en esos inicios que determinaron el techno del día de hoy. Warp y LFO iniciaron su emparentamiento, que sigue hasta nuestros días, con Frequencies, su primer largo que ahora ya es un clásico de la electrónica. Originalmente lanzado en 1991, Frequencies, la reedicion en plástico negro doble de este seminal trabajo es parte retrospectiva y parte reconocimiento: por una parte se iniciaba la mecha de una generación que evolucionaría a convertirse en una escena mundial; y por la otra escuchamos un disco, que con veinte años no ha envejecido nada y comprendemos lo adelantado que se encontraba a su época.

Hay una razón importante por la cual Operation Doomsday, debut de DOOM, editado en aquel lejano 1999 es un trabajo tan seminal y grandioso: DOOM no era un amateur. De aquellas rimas a, por ejemplo el DOOMSTARKS que prácticamente acaba de ver la luz del día y ya está descontinuado, la máscara de metal que tiene detrás a Daniel Dumille como portador no ha cesado aquel estilo de ninguna manera; y es que ya en el primer intento se escucha su cadencia, su humor, los ritmos adelantan su serie Special Herbs y la inteligencia de un rapero en un millón. La reedición de su primer disco así, es necesaria. Editado originalmente en 1999, es curioso apuntar que aunque no pareciera una fecha lejana, podríamos indicar que no solo representan 12 años; si no que en el caso de Dumille, son 12 años en activo con una cintura que cada día se ensancha mas de tanto trabajo. Operation Doomsday en si es una oda al realismo; la cara de DOOM que quizás pocos recuerdan, es justo revisarla de tal manera que no se olvide: aquí DOOM es tranquilo, inteligente y podríamos decir que en espacios; en luto. Aun cuando el manifiesto ideal del material es el nacimiento del súper villano conocido como DOOM, en ninguna parte del disco se resiente tal afirmación, en cambio hay una gran comunicación de calma, introspección, Dumille suena joven pero no impaciente, su disco crece y se desarrolla como una ente completa y no se desarma fácilmente. El comienzo del camino que después iría a tomar muchos más; las colaboraciones con Danger Mouse y Madlib; las controversias de sus shows en vivo; los rumores de su emparentamiento musical con el líder de Radiohead, juguetes, posters, la imagen que Dumille ha creado para sí mismo ha llegado mucho más lejos de lo que su primer trabajo podría profetizar.

En algún momento, en 2006 cuando descubrí este disco por hurgar en el catalogo de Paw Tracks, me pregunte a mi mismo que sucedería si Ariel Pink tuviera una banda, equipo con que grabar e hiciera un disco de pop como solo él pudiera. Ariel Pink es sin duda uno de los personajes más únicos del pop moderno y quizás uno de los más dementes: su música siempre ha encaminado su trazo por los lares de la baja fidelidad y sus consecuencias; inclusive hasta el día de hoy con todo y su ensamble en forma. La historia de The Doldrums nos retoma hasta 2000, cuando Demostrations Bootlegs edito el material en casete, tal como Ariel lo grabo y no fue hasta cuatro años después cuando el sello de los Animal Collective se animo a lanzar el material tanto en CD como en LP. El disco, además de ser el primer lanzamiento de Paw Tracks sin la firma del cuarteto de Maryland, es un caos total en medio de tanta melodía y robusta composición lirica (no al revés como superficialmente podría notarse); en el, Ariel Pink tuvo toda la libertad de abominar la grabación de tanto fantasma ruidoso pudo y aun mas. Y después de tantos años descontinuado, Paw Tracks le da aliento a la creciente carrera de Pink y aquellos que aun rastrean su pasado reeditando la maravilla conocida como The Doldrums.

La música concreta es difícil de hallarse en estos días. Si bien Kevin Drumm es afamado por el uso de la guitarra preparada, en los últimos años ha hecho uso de más herramientas para adjudicarse un sonido mucho más denso. Afamado igualmente por ser uno de los últimos colaboradores del mitico John Fahey, con quien inclusivo llego a compartir hogar. Imperial Distortion es una obra maestra de las texturas dispersas; editado en 2008, Hospital Productions lo reedita en un triple LP de edición limitada a 300 copias donde la mencionada belleza colisiona con la desesperación y el morbo. Si bien las atmosferas que Drumm creó para este disco envuelven con un aura de tranquilidad, detrás de ellas hay una sinuosa sensación de paranoia y terror. Algo que bien puede ser rastreado con ojo de águila con el lanzamiento físico; en el centro de cada lado del acetato, se completa la frase usando mayúsculas "Ofreciendo lo mejor en sangre y tripas" y se adjudicada a Christine Chubbuck, famosa reportera local que cometió suicidio en cadena regional en vivo.

Dentro de las historias perdidas de la música, en 2008 el dúo de Connecticut Have A Nice Life concibió uno de los discos más hermosos lanzados en lo que va del milenio. Dos personalidades peculiares con pasados diferentes. Tim Macuga había sido parte de Nahvalr y The Danger y Dan Barret habia militado como Giles Corey y en In Pieces. Del black metal a la electrónica casera, el parentesco que estos dos hombres compartían quizás solo se allegaba al amor por la música de extremos emocionales y Deathconsciousness, su primer LP, es exactamente eso. Cabalgando incómodamente entre galas de ruido, mareas de showgaze abrupto y pincelazos de post rock, el doble LP que se divide en The Plow That Broke The Plains y The Future, recorre las complejas morales del duo con respecto al amor y la sangre. Have A Nice Life son expertos en hipnotismo; en lenguas de melodía y la suciedad interior. La magia del grupo y este disco es que es tratado como un secreto: esas 72 páginas que acompañan el material denominadas "On An Obscure Text" confunden aun mas de lo que disipan dudas y la experiencia de ser golpeado por I Dont Love o la hermosa Earthmover, que cierra el registro, en una reedición bien merecida, definen el gospel del ruido actual.


A estas alturas sobra mencionar que esta página y proyecto le debe el nombre al último disco de James Dewitt Yancey. "Cortas y dulces como una dona" alguna vez sentencio el pequeño gigante de Detroit, y si por plurales razones es recordado, Donuts, esa colección de ritmos cortos y dulces, es el principal legado de donde se ha alimentado el mito que allega a su perfil como maestro del sample y el corte. Y ese mito ya debe de estar muy choncho de tantos postres que ha comido. Todas las donas dentro de la caja, las 31, están rellenas del alma y corazón de su creador. Con la ayuda de Peanut Butter Wolf, Ma Dukes pudo proveerle a su hijo las herramientas necesarias para que terminara sus postres. Dilla ya había empezado el proceso creativo del disco cuando estaba en Michigan, pero no fue hasta cuando se mudo a California cuando el proyecto tomo forma. Yancey había sido diagnosticado TTP (una extraña enfermedad de la sangre) y lupus y se le interno en un hospital local donde continuaba preparando sus entremeses. Ma Dukes alguna vez conto que ignoraba sobre el proyecto hasta que in día “durante su sesión de diálisis, pude escuchar algo de lo que estaba trabajando. Le puso furioso el hecho de que escuchara su música; no quería que lo hiciera hasta que estuviera terminado”. El disco se edito en febrero 7 del 2006, el mismo día de su cumpleaños numero 32. Dilla moriría por complicaciones de lupus tres días después. Stones Throw reedito el disco este mismo año; la edición en acetato siempre estuvo diferenciada de su homónima en CD por la portada: aquella ya icónica figura de Dilla sonriendo debajo de esa gorra. Urban Outfitters, en un intento por expandir su tienda de exclusivos lanzamientos en LP le pidió al sello de Los Ángeles si podrían cambiar el diseño de Jeff Tank por la afamada foto de Andrew Gura y el sello contesto: "¿Por qué no?". Eventualmente se descontinuó la edición pasada convirtiéndola en objeto de colección y ahora podemos tener en manos la sonrisa de un genio que nos dejo muy temprano. De un hombre que, como sentenciaba aquella camisa, salvo nuestras vidas. Y J Dilla salvo muchas vidas.