27 de abril de 2012

Guadalajara: La perla tapatia y su mapa musical

Guadalajara es un mercado difícil, más bien escaso, para el formato musical. La metrópolis al Occidente del país es lugar de contadas pero plurales historias alrededor de la música: pero aquellas sobre los locales que forjaron la vida discográfica y que siguen haciéndolo dentro de la ciudad son mínimas. Con este artículo intentamos hacer un mapa de la Guadalajara consumidora de música, las tiendas que han pasado por su historia, sus personajes y el presente que le abrirá paso a generaciones de melomanos hambrientos que vienen.

El paso del tiempo, como repleta de personajes, lo ha estado de escenas, actividades y cuentos: de estas provienen los mitos y las leyendas que al mismo tiempo alimentan la propia historia. En perspectiva atemporal, cada actividad, por minúscula que sea, requiere su gente y su lugar. En México el amor por la música siempre ha sido circunstancial: el tiempo ha cambiado; o quizás el tiempo nos ha cambiado. De pronto el arte y cultura dejo de ser un producto de primera necesidad y pasó a ser alimento de unos cuantos y el consumo musical no fue la excepción. Alguna vez en compañía de coleccionistas mayores que yo, platicando, de pronto me veía rodeado de recuerdos que a mí no me sucedieron; tiendas, años que no vi pasar, todas esas menciones venían a mí como cuestionamiento, como si yo las compartiera, aun con mi obvia corta edad. "Recordar el hecho de que en México, la satisfacción de un disco, era primera necesidad", recuerdo haber entonado. "De ahí el lema: El disco es cultura" me respondían. “A mí me tocó ir a varias tiendas pero en algunas no compré pues era básicamente un niño y no tenía dinero, pero ya en la adolescencia compré vinilos en las distintas tiendas del 5o Poder, Imagen Pública de Condoplaza del Sol y en Roxy & Roll sobre la calle Mezquitán, donde atiende el siempre infame Guero Tranzas, de hecho fue ahí donde encontré joyas de alto quilataje a mejor precio” platica Isreal Martinez, músico tapatío, cabeza del sello electrónico Abolipop y conocedor de la escena local y en quien en sus palabras rápidamente podemos empezar un mapa de la Guadalajara inocente. Hablamos de los años ochenta y noventa entre la desaparición del acetato y la aparición del CD. En ese tiempo el internet no había llegado a manos del mexicano común y las tiendas eran altares de visita obligada.
"En Guadalajara existe un pequeño circuito de consumidores, de melómanos que revaloran las posibilidades del acetato"
Para este 2012 Record Store Day eligió a Iggy Pop como su embajador, la iguana entonces proclamo que “Una persona debe de tener personalidad. No conseguirás una holgazaneando enfrente de una computadora. Ayuda salir donde otras personas están, personas que están interesadas en lo mismo que tu. Así es como una tienda debería de funcionar; no es sobre vender cosas. Yo conseguí mi nombre, mi educación musical y mi personalidad trabajando en una tienda de discos durante mis años jóvenes”. Yo visitaba los altares comunes de la ciudad cuando chico: en retrospectiva aquel momento que viví predecía la decadencia del formato físico: ávido visitante y cliente menor de Mr. CD abuse del tiempo de muchos vendedores y trabajadores de la tienda a favor de mi curiosidad musical. Años después fui parte del equipo de trabajo en Mr. CD por un tiempo. Lo necio de mi naturaleza me hizo estar desempleado un año hasta entrar a trabajar en la empresa que quería y aun cuando el horario, las facilidades, la presión y el salario fueran horribles: estaba ahí, donde quería y donde me quede por dos años: labore feliz en la sucursal de Juárez en la cual prácticamente vendía solamente acetatos. Mr. CD es uno de esos tótems locales varados en medio de la autocomplacencia y la verdadera búsqueda, un tapatío fácilmente conoce la marca. Jaime Fregoso lleva laborando en esta empresa 9 años ya y es encargado de la importación en tiendas, nos cuenta que “En un inicio Mr. CD comenzó como una empresa muy pequeña en una isla en Plaza Terranova, ya hace mas de 20 años, en donde se vendían CDS importados de géneros como progresivo y rock clásico. Poco a poco fue creciendo hasta la actualidad de formar una cadena importante con 8 tiendas. Nuestra principal evolución es conseguir lo que el cliente quiere, y para nosotros el tema de la música importada es de lo más importante, ya que es lo que nos identifica y distingue de las demás tiendas o cadenas”. Para Jaime la relación que tiene la tienda con el vinil es “muy importante” y consideran “que es una excelente oportunidad de crecimiento”: “En los últimos años hemos crecido un 20% o 30% año con año en la venta de vinilos. Nos da mucho gusto que compañías nacionales como Universal, WEA y Sony nos pregunten que estamos haciendo para poder lograr vender estos productos. Siempre hemos tratando de traer cosas interesantes, y este año por segunda ocasión estaremos como miembro oficial del Record Store Day”. El tiempo ha hecho encontrarme con diferentes personajes que pasaron por las filas laborales y la nomina empresarial de Mr. CD; donde la mayoría de nosotros trabajamos más por gusto que por necesidad. Entre los muchos melomanos de la ciudad que llegaron a estar en las mencionadas filas esta Edgar Corona. Quien ahora trabaja para la gaceta de la Universidad de Guadalajara también llego a laboral en Mr. CD y fue uno de los responsables de llevar acetatos de nuevo a las estanterías: "Aquel momento fue importante porque el disco compacto aún se encontraba en un estado, podría decirse sano, me refiero al volumen de ventas. Sin embargo, se vislumbraba que los cambios dentro de la industria de la música estaban cada vez más cerca. Las transanacionales del disco comenzaron a buscar un "plus" para combatir la piratería. En este contexto era necesario buscar un producto atractivo, algo que fuera más allá del CD y las descargas en línea, algo que capturara la atención de los consumidores, de los coleccionistas, de los melómanos. De esta forma, las reediciones en vinilo fueron el siguiente paso para mantener una tienda especializada en música".

Mi historia es similar a la de cualquier melómano tapatío y muchos de nosotros nos conocemos entre nosotros. Nuestra curiosidad desmedida nos hizo salir de casa a buscar lugares donde podíamos saciar nuestra hambre y sed de sonidos. Si bien Israel dibujaba y explicaba un mapa de sus años de educación musical, el productor mexicano tiene tela de donde cortar sobre el tema: “Ocasionalmente compraba en Rock en Español, con Jorge el Nopal, frente al Roxy; también en Submarino Amarillo que estaba en el Pasaje Variedades, lo que es ahora frente a Larva. Cassettes y CDs pues en las mismas tiendas mencionadas pero también en Music Box, había una en Plaza del Sol y otra en Plaza Bonita”. Si bien las historias de estas tiendas son ya leyendas y su existencia nula, aun hay rastros de ellas y también cosas que nunca cambian. Si seguimos caminando por el centro de la ciudad podemos llegar a un lugar y un personaje que siempre se aparece con muecas y gestos: El Güero “Ratas”: “Una vez fui con Martin (Tulin) de Los Fancy Free a su tienda. El Martin que es bien fan del rock psicodélico después de un rato de buscarle se encontró con unos cuantos discos que le interesaron y rápido el Güero le vio con cara de dinero: le dijo que cuanto quería por su monto, que ni siquiera era grande. La rata empieza a ver los discos y le suelta: "Dame 900 pesos". Martin se sorprende, porque si conoces el local sabes que unos discos están en buen estado y otros están bien gachos, y le trata de negociar a lo que el Güero le dice que entonces escogiera cualquiera a 200. Martin le dice que no esperaba que le cobrara tanto y le aparta los discos y el ratas se enoja cuestionándolo "¿Pero si me vas a comprar? Porque me cagan los rajoncitos". Salimos mentando madres, regresamos al otro día con un amigo, Martin pago el precio que el Güero pidió, nuestro amigo se quedo buscando y encontró un disco muy raro. Cuando fue a pedirle el precio al ratas este le contesto: "Dame 30 pesos, que ya me desquite con tu amiguito". Roxy & Roll, local manejado por el incondicional Güero, es tan conocido por historias como la que Julián Namé, coleccionista y músico nacido en la perla tapatía y que ahora reside en la capital del país, nos cuenta. Cualquiera que ha decidido cambiarse por completo al formato del plástico negro al menos ha ido a parar ahí por curiosidad o porque hoy en día el número de tiendas de donde escoger es casi nulo o como Tonatiuth B Camarena, melómano amante del acetato lo pone: “El presente está muy chafa las tiendas cada vez venden mas porquería ya ni ganas dan de entrar a ver qué encuentras, en todas las tiendas tienen los mismos discos. Pero esta chido que ya por lo menos vuelvan a vender vinilos”.
"El mercado está en crisis , aunque el fenómeno es en realidad a nivel internacional. El CD finalmente se encuentra en la antesala de la desaparición. Las transformaciones han sido evidentes"
Dentro de una generación que el mercado general ha denominado como perdida, es impresionante que solo un puño de personas mantenga viva la cultura musical claramente no tiene similitud alguna con la existente hace treinta o cuarenta años, exceptuando solo un pequeño detalle: la pasión. Es curioso notar que la modernidad ha hecho olvidar a los chicos el formato físico; es quizás demasiado triste que un muchacho menor de 25 años no sea consumidor de la música que le apetece; y vea mucho más cómodo la asociación digital que legalidades aparte (o no) es seguro que no representa ni cerca aquel sentimiento que todos, nosotros los coleccionistas, conocemos: y es que ni siquiera se trata de un lujo primordial; o de un gusto necesario; ni siquiera de un grupo selecto: durante los años cincuenta, sesenta, setenta y ochenta, la cultura musical era vasta, y todos compartían el mismo gusto consumista sobre él; la facilidad del formato y su predilección socorrían este hecho; ya con el tiempo la modernidad que conocemos creció: las tiendas se fueron secando, mudando, cerrando; las distribuidoras nacionales dejaron de licenciar trabajos y todos buscaron refugio donde pudieran; es una era diferente que mas sin embargo supo encontrar su tiempo, el acetato retomaría fuerza e incluiría adeptos dispuestos a asegurarla. Unos ven el horizonte de manera positiva: “En Guadalajara existe un pequeño circuito de consumidores, de melómanos que revaloran las posibilidades del acetato. Es importante difundir y promocionar esta manifestación a través de diferentes espacios, proporcionar información con calidad para crear interés. Creo que la cultura del acetato puede ir en aumento. El consumo también depende de que la industria no caiga en sus antiguos vicios, deje atrás la voracidad y ofrezca precios equilibrados” apunta de manera realista Edgar. "Es muy agradable ver como la gente se emociona a la hora de comprar un LP, ya que las personas que lo compran saben apreciarlo”, y es que es cierto, como dice Jaime Fregoso, pero es que al igual hay muchos otros que ven una cultura ofuscada por la negatividad: “La neta los viniles son caros para la mayoría de la gente por eso nunca van a volver a ser populares y solo seguiremos como siempre los aferrados que somos muy pocos todavía y no creo que aumente la cifra" remarca Tonatiuh.

La realidad del acetato en México y específicamente en Guadalajara es de unos cuantos y aun cuando se le vea con ojos ilusionados el mercado es tan limitado como lo remarca Edgar: “Está en crisis (el mercado), aunque el fenómeno es en realidad a nivel internacional. El CD finalmente se encuentra en la antesala de la desaparición. Las transformaciones han sido evidentes”. “Actualmente no veo ni mercado musical, los MixUp ya son tiendas de DVD, y no hay tiendas indies, el Tianguis Cultural me parece muy flojo en ese sentido, siempre he creído que es más punto de reunión que de mercado musical. El acetato ha vuelto modestamente pero el problema es que es carísimo producir vinilos hoy en día, entonces los costos están por los cielos, lo cual a corto plazo va a volver a matar la cultura del acetato. No conozco tiendas en la ciudad, sólo puestos en el Baratillo pero son puros materiales de tiraderos, rara vez hay un disco que le traigas ganas. Más bien creo que los melómanos piden por internet, así funciona desde hace muchos años” y si lo vemos desde la misma perspectiva que Israel, no va a cambiar mucho, ni muy pronto.


Tiendas a visitar:
Mr. CD
Varias Sucursales
Juarez No. 37
Col. Centro
Mr. CD con el tiempo ha traído mas y mas acetatos a su nomina regular. Dependiendo de la sucursal y lo hábil que sean sus empleado para vender plástico negro sera el catalogo que encontraras. ¿Nuestro consejo? Darse la vuelta por la sucursal de Juarez, que aun cuando desde hace tiempo es limitada en catalogo, es la mejor opción.

Monster
Federalismo Norte #19
Col. Centro
La historia dice que el encargado de esta tienda viaja al extranjero donde consigue discos que compra a precio publico para venderlos en su tienda. Espera una que otra joya y precios altos. Muy altos.

MixUp
Varias Sucursales
Centro Magno
MixUp antes era un ratoncito comparado con los gatos del patio que juegan al negocio de los acetatos. Ahora que ve potencial y una clientela que crece ha reducido sus precios considerablemente y hasta se ha encargado de mandar hacer uno que otro mueble para ellos. Visita la sucursal de Centro Magno donde hay una buena selección de discos.

Roxy & Roll
Juan Manuel 747
Colonia Centro
Evitar al Güero Tranzas es quizás deporte de enterados; pero aquellos que apenas empiezan en el gusto del disco con una visita a su local en el centro quizás pierdan las ganas de vivir. Si alguna vez esta de buenas y te deja cruzar el listón que ha puesto a la entrada del local (ubicada ahí para no dejar pasar a aquellos que no compran) es muy recomendable darle un vistazo a su zona de discos de música clásica y del mundo, que son las cajas debajo de los muebles que guardan discos hechos pedazos que quizás cobre un pedazo de tu riñón por ellos. 

Mr. Floyd
San Felipe 256
Colonia Centro
Atendido por un fanático del rock clásico, Mr. Floyd es mas bien una tienda de variedades con un puño de discos, pero con una visita cada dos o tres meses quizás te encuentres con joyas que no esperabas ver ahí. Los precios son muy accesibles y el hombre agrega una bolsa a cada disco para protegerlos. 

Baratillo
Varios puestos
Colonia Oblatos
Ir a cazar discos al baratillo es un deporte de resistencia. Si bien no hay mucho de donde escoger ni un puesto en determinado donde buscar, al igual que cualquier búsqueda entre el mar de carnitas y polvo que se acomoda por las calles de Oblatos es de suponerse que los discos te encuentran a ti y no tu a los discos.