19 de mayo de 2012

Resena: A Silver Mt. Zion - The West Will Rise Again

A Silver Mt. Zion
The West Will Rise Again
(2011, Ruined City Birdsong Combos) 2x7", ltd

Efrim Manuck bendijo a México cuando su banda de cuatro integrantes tomo el escenario en el marco del Festival de Mayo 2012 en la ciudad de Guadalajara. Prosiguió a apretar su pulmón y dejar salir el aire que recitaba "Dios es el único tren". El culto al grupo se podría entender como desmedido (a dos pasos de mí había una chica que extendía sus brazos como antenas al cielo llorando con cada barra al unisón), pero tenerles enfrente es un verdadero golpe: a manera de procesión religiosa, verles en vivo es una experiencia que deja clara el alma. Y The West Will Rise Again funciona de la misma manera. La intensidad con la cual Manuck sabe, no solo, interpretar sus letras de forma casi física si no también liderar una banda que apoye su tratado es apabullante. Venga, Manuck no es un cantante excelente, ni siquiera bueno; pero su intensidad practica algo más que la técnica.

Casi al inicio del concierto el micrófono le falló a Manuck. El pedestal de este tembló y movió su vista por debajo de su pecho, el hombre tuvo que agachar su cuerpo y su esfuerzo se hizo notar. Verle sacar más aire esperando a que el roadie en turno se ocupe de arreglar el problema recalca la intensidad que desborda de su boca y lengua. Acompañado actualmente de Thierry Amar al bajo, Jessica Moss y Sophie Trudeau a los violines y David Payant a la batería, A Silver Mt Zion ha cambiado mucho desde sus inicios y desde Kollaps Tradixionales, lanzado hace dos años, la Tra-La-La Band no había editado nada hasta este doble sencillo: “En este mundo peligroso, hay dos cosas que son verdades; la belleza de los niños y la guerra en contra de la pobreza” se puede leer detrás de la portada con un escrito que describe el aislado extremo de un pueblo. PSALMS99 bien puede bien pasar por introducción aun cuando se sugiere como el final del registro: funciona correctamente de esa manera; la mencionada voz de Manuck no aparece hasta entrada la canción donde su guitarra da vueltas. Efrim es judío, pero lejano de ser marcado en la frente como el Nick Cave del post rock, la realidad de su creencia es una más profunda y empaña sus letras: “No hay Dios más que el Dios bueno; no hay Dios más que nosotros mismos; no hay Dios” canta al final de la mencionada canción.

Godspeed You Black Emperor! y ASMZ siempre me han parecido bandas que han venido de un futuro apocalíptico. El inicio de Infinity de GYBE!, con esa abrasiva introducción podría bien deducir esto y en la misma contraportada de este sencillo se explica, a manera ficticia, la vida en un lugar así: “Queríamos vivir libres, pero no podíamos. Las rentas eran ridículas y no había trabajos. Nadie podía cantar, tocar guitarra o batería, pero hacíamos bandas como podíamos y emitíamos luz; buscando a los demás”. El salmo escrito por ASMZ, el cual revela la luz de la espiritualidad libre, la soledad del alma y la esperanza de un futuro. Al final de su presentación en piso mexicano, en Guadalajara, la banda toco What We Love Was Not Enough. Su versión en estudio, de ocho minutos, la supieron acomodar aquí en dos partes separadas en cada lado de un siete pulgadas, revisando el mismo texto en contraportada, casi al final se puede leer: “Lo que amamos no fue suficiente, pero bésalo rápido y levántate de nuevo. El oeste se tropezara en el océano y se levantara de nuevo cuando la mayoría de nuestros corazones estén rotos y entonces todo cambiara”. Y cuando la canción rompe su ritmo se vuelve como el de un valtz olvidado en el mar moviéndose hacia la orilla llena de polvo: en vivo, el final estuvo marcado por una hermosa ola de voces, Manuck, Moss, Tradeau, Payant y Amar cantando al mismo tiempo en diferentes tiempos. Y cuando dejaron de tocar fue tan emocionante como incomodo; tal cual como dejar de hacer algo que no quisiera que se detuviera. Pero la ola se tenía que esfumar.

Cuando termino el show el grupo prometió mercancía a un costado del escenario. En un puesto atendido por Jessica Moss y David Payant, violín y batería del grupo, respectivamente, se podía obtener además de los dos largos del grupo en CD y una camisa, el mencionado sencillo: The West Will Rise Again, limitado a solo 1000 copias. El doble siete pulgadas solo se puede conseguir, hasta que las copias duren, en las escasas fechas de una gira que va de invierno a verano. Cada uno viene enumerado a mano en la parte de abajo de la portada -debo confesar la felicidad de poseer la copia numero 2 de 1000- Unas horas antes, después de estrechar la mano de Manuck, el hombre escribió en mi copia de Infinity de Godspeed You Black Emperor! "Los músicos son cobardes" en color plata. Ya después en charlas al finalizar el show escuche como alguien le reprochaba a la mayoría de los curiosos extendiéndose en el hecho de que son “solo como 10 personas que realmente les gusta esto” en la ciudad. Enfrente de mi había un hombre que estuvo parado durante tres horas atento a todos los shows de la nomina, de aquellos que cualquier asiduo del Festival de Mayo sabrá a qué me refiero, recuerdo muy bien que cargaba una mochila la cual estaba pegada a su sudadera roja con seguros, y en cuanto Manuck dio las gracias por última vez y camino fuera del escenario, el camino hacia el otro lado. Esa noche ese hombre regreso a su casa y quizás le conto a su esposa, hijos, primos o amigos, como vio una banda con dos chicas muy bonitas y un gritón mugroso cuyo nombre quizás no conoció o recordara, pero su opinión sobre la banda será más valiosa que esos 10 “que realmente les gusta esto” en la ciudad. Quizás el mensaje en mi disco tenga la clave, “Los músicos son cobardes” donde Manuck no se convertirá tampoco en el Eric Cantona del post rock, pero seguro sueña con darle una patada a ese idiota. Que cobarde quedarse detrás de su guitarra… pero que hermoso la toca.