(Mo' Wax, 1996) 2xLP
En perspectiva, el debut de Josh Paul Davis, no ha envejecido aun ni una fracción. "A quince años en la línea estarás aquí" recalcaba Davis, señalando un puño de discos, uno sobre otro, olvidados en un sótano en California del Norte durante su segmento en el documental Scratch: "Toda esta gente en su momento fue alguien, debes ser humilde y saber que si haces música estas alimentando esta pila de discos". De su edición hasta el día de hoy, Endtroducing... ha llegado a aquella marca: quince años han pasado y tal cual su juventud y vigor, que su presencia sigue vigente. Tal cual su experiencia y legado que su influencia sigue presente.
Su creación no fue de génesis abrupta; bien estuvo marcada no solamente por la experiencia de Davis y sus samples; afamada ya es su eficacia al elegir ritmos y pedazos del pasado incrustándolos en la parafernalia de su arte; pero fue principalmente la libertad que se le concedió la cual definió su realización. En 1993 conoció a James Lavelle, quien Davis siempre ha reconocido como el apoyo más grande que ha tenido: "Cada artista necesita alguien quien le importa que estás haciendo cuando nadie más lo hace. James creyó en mi tanto que puso en jaque su reputación, su cuenta bancaria y su amistad en ello" confiesa en las líneas interiores de la edición deluxe del disco y continua: "No he conocido a nadie más confiado en mis habilidades, nunca". Lavelle fue quien lo ficho en Mo' Wax y lo llevo a Inglaterra donde, con solo un puñado de singles, se gano a la crítica y sirvió de figura latente de la escena musical inglesa, en particular la historia bien conocida de Bristol. De hecho fue a Shadow, y su sencillo Flux, con quien se acuño y se utilizo por primera vez el término trip hop con Andy Pemberton y su reseña para MixMag sobre aquel sencillo del 94. Los años de oro con Lavelle terminaron después de su colaboración como UNKLE: “Soy una mejor persona por haber conocido tal lealtad; pero al mismo tiempo lo peor por no haber sido capaz de mantenerla. Le debo mi carrera, un hecho que él conoce muy bien; solo espero encontrar confort en todo lo que creamos juntos. Muy a pesar de los dolores y corazones rotos que le siguieron”.
Y el paso más importante para los dos fue sin duda el primer disco de Davis: no solo es reconocido ampliamente como el primer disco de hip hop instrumental, etiqueta que podría ser bien disputada por el pasado, si no igualmente como el primer disco hecho en su totalidad por samples ajenos (con inducción al Guinness aparte). De Pugh Rogefeldt a Metallica. De Björk a Giorgio Moroder. De David Axelrod a George Marsh. Endtroducing.... es un libro abierto de consulta compuesta tal como rompecabezas; descifrarlo significa estudiarlo; su lenguaje y su estructura. Cada sonido, ritmo y melodía, con atención, te embarcan a aquel sótano de la Records en el 710 de la calle K en Carolina del Norte: "Este es mi pequeño nirvana" apunta Davis en el ya mencionado documental Scratch: "La mayoría de discos que use los saque de aquí". Los componentes abundan en la historia perdida de la música negra estadounidense, el progresivo europeo o el avant garde: todos son memorias vagas de un viaje a una tienda de discos; a horas de atención y búsqueda; a cortes y decisiones. Todo el material marcado por su Akai MPC60, un par de platos y un DAT.
Que si a los ojos del californiano el legado de su debut es una historia más en una lista de logros donde algún otro es una piedra aun más pesada e importante es una duda que solo él podría responder, pero el recordatorio de su primer largo siempre estará latente en la historia de el mismo. Serie un pecado, aun así, resolver una carrera como la suya con el ejemplo de su debut; si por algo sigue vigente no es por la leyenda del mismo: "¿Repetir Endtroducing....? Ese nunca fue el plan", recalca Davis, y es que aun con ya los quince años cumplidos el disco se mantiene erguido de tal manera, hasta el día de hoy, sin dejar de trazar y alimentar un legado que continua con Davis y su empatía por una cultura que niega su desaparición: tanto el diggin’ como el hip hop; la arqueología musical encontró su gurú en Davis y el tiempo se ha encargado de albergar sus enseñanzas. Endtroducing... continua siendo la piedra mas pesada al hablar de una leyenda que si bien tuvo una pretensión y misión, las cuales solo Shadow podría hablar de ellas, ahora es un tótem intachable. Si bien la embarcación continua aunando por los zurcos de miles de discos, Davis ha dejado en claro que lo indeleble de su obra se lo debe al seguimiento de ella misma y con ello continua en el mismo camino tal como la dedicatoria principal del disco dicta, casi como promesa: "Dedicado a toda una vida a la cultura del acetato".