15 de febrero de 2012

Resena: Nirvana - Nevermind, The Singles

Nirvana
Nevermind, The Singles
(2011, Geffen) 4x10”, LTD, Box set

Hace unos meses en el marco del aniversario número 20 del segundo disco que aquella banda de Seattle editara en 1991, publicamos una extensa y expresiva reseña en retrospectiva histórica de aquel álbum: desde su grabación, su lanzamiento y su importancia tanta histórica como musical; con su permiso me gustaría parafrasearme a mí mismo con el final de aquel texto en manera de introducción a este:

"Nirvana, con Nevermind, comprendía y asimilaba lo que el terreno ya había visto pasar. El punk de Athens, la generación post punk de Nueva York, las radios universitarias, Pixies, Sonic Youth y R.E.M.: el trío emprendió un camino que correspondía la respuesta más correcta a todo ello. La diferencia, pequeña sin dudar, fue el haber estado en el lugar y momento justo: "Aquí esta alguien que es uno de ellos, canta para ellos y sobre ellos. Y de pronto tienes una camiseta de Nirvana encima" apuntaba Henry Rollins; y en definitiva eso resume un disco que, a veinte años de su edición, sigue marcando una pauta que refleja toda una movilización que generaron tras generación, aun hasta el día de hoy, continua trazando una órbita alrededor de el. "No sonaba histórico; no sonaba como el futuro... solo sonaba fantástico" como diría David Fricke, editor de la Rolling Stone para el documental de Classic Albums sobre el disco en tema.

Con su nacimiento, evolución y caída el trío marco el último eslabón conocido del punk; aquella "Historia secreta" como la denominaría Thurstoon Moore en el documental Punk: Attitude: "Los historiadores solo pueden ver ese momento porque no hay un registro de lo que realmente paso antes". Nevermind históricamente tiene un lugar indiscutible; musicalmente su influencia se emparenta con su legado. Nirvana representa el paradigma que resume la historia cultural de los noventa y Nevermind es su eje central. Veinte años han pasado y seguimos recobrando fuerzas a su alrededor."


Y ya con los hechos bien repasados y la música bien conocida, sería inútil repetir de nuevo aquella reseña tratándose de nuestro tema en cuestión: aquella caja que Geffen editara a finales de noviembre para la segunda fecha del Record Store Day. Para completar los festejos del aniversario del mencionado disco, Geffen lo reedito en edición especial: metió la obra del trío en un cuádruple acetato con un montón de extras y además prometió 5000 copias de los cuatro sencillos que salieron de este; aquellos que originalmente se editaron durante 1991 y 1992 como 45rpm y CD’s, esta vez enfundados en un box set de cuatro 10 pulgadas. Antes de continuar, y ya que estamos hablando del contenido, resulta por demás curioso igualmente que los festejos del aniversario sea un emparejamiento entre Geffen y Sub Pop. Bien conocido es el hecho de como a Sub Pop siempre le han emigrado sus estrellas. The Shins, Dinosaur Jr, Mudhoney, por ejemplo; pero Nirvana fueron los primeros. Después de haber sacado Bleach, su primer disco y el único que editaran independiente, Nirvana, a consejo de su sello, su productor y los de su alrededor, migraron los ojos hacia arriba: ficharon con Geffen, subsidiaria de Universal y editaron un disco que ni ellos mismos imaginaban su impacto. Geffen pudo darles una mejor distribución y sacarle provecho a su recién encontrado ganso de huevos de oro, tanto que hasta el dia de hoy continua con los derechos del mismo. Y dije curioso, porque en pleno 2011, una subsidiaria de una multinacional le pide a un pequeño sello de Seattle ayuda para editar los discos en acetato: formato preferido del sello. Y se avientan una edición por demás esplendida: caja y portadas en mate enumerados (curiosa la enumeración por demás; con solo 5000 copias algunas de ellas vienen foliadas con números mayores, en ejemplo la que poseo, numero 7844).



Pero continuemos: habiendo ya remarcado el contexto musical y social en el que la música pop se encontraba en aquel lejano 1991, sobra concluir que el contenido de estos sencillos funciona no solo como retrospectiva del mismo grupo sino como documento valioso del cambio social/musical que en aquella época Nirvana ayudo a galvanizar. No solo es bueno recordar Smells Like Teenage Spirit, si no tener en cuenta su poder e influencia descomunal. Cada uno de los sencillos que ocupan un espacio en este lanzamiento proclaman aun más la atribución que Nevermind ha llegado a colgar encima de lo que le siguió: Lithium, Come As You Are e In Bloom completan el lanzamiento y aunque su fuerza no destaca tanto como el himno que fue el primer corte del disco, la obra seria inentendible sin ellos. Y de ahí, los incluidos no llegan tan lejos: versiones en vivo de temas conocidos, lados b muy bien detallados y hasta John Peel cuela su cuchara ahí: el registro se completa consumando una celebración que bien aplaudida se lleva las palmas: históricas y musicales.