5 de noviembre de 2011

Resena: Torreblanca – Bella Epoca

Torreblanca
Bella Época
(2011, Kudeta) LP

Con la alegre novedad que es la edición en acetato, es interesante y muy gratificante como grupos del país azteca continúen aquella ya olvidada costumbre del consumismo musical como artículo de primera necesidad en vez de lujo. Arts & Crafts México los acogió y Kudeta se encarga de la edición en plástico negro. Con la premisa de ser un grupo del DF, o más bien el esfuerzo acompañado de Juan Manuel Torreblanca y sus músicos en turno (Andrea Balency al acordeón, un llamado Jerson en los tambores, El Abuelo Zavala al bajo y Alex Balderas en instrumentos de aire varios) el grupo al parecer se mueve orgullosamente por los lares del pop, esa idea inquisitiva del jazz (entendimiento digamos) y el léxico, con piano en manos, de su vocalista. El grupo tiene un esfuerzo pasado, su EP Baja Defensa se deslizo por la red como cuchillo caliente en mantequilla y este, su primer largo, funciona de la misma manera. Y quizás ese sea el cuestionamiento incisivo: ¿En realidad es necesario algo así de cómodo?

Bella Época es un disco demasiado distractorio; cualquiera que hubiera sido la estrategia del grupo o su intención su primer largo funciona literalmente como escuchar una conversación ajena mientras realmente tratas de concentrarte en tus propios asuntos. Varias preguntas vienen a la cabeza en esas circunstancias: “¿En realidad dijo eso?, ¿Qué se supone que significa?” y abundantes “¿Qué?”; son varias las muecas que puedes lograr en una situación así. Y se aplican igualmente a los elementos del mismo. Bella Época está lleno de música, pero carece de cohesión propia. Su predictibilidad es inclusive insoportable. En medio camino del jazz de centro comercial, el pop alternativo indulgente característico del país y Alex Ubago, Torreblanca recorre en once temas el mismo disco que podrías escuchar con la percepción de la inexperiencia. Hay elementos que inclusive se pueden llegar a ser ignorados por tanta limpieza: Quique Rangel, quien produjo el registro, dudo que sea el responsable de ello, su trabajo al final es remarcar aun más los surcos del grupo al otro lado del cristal y, retomando el tema de la comodidad y sus consecuencias, sin duda esto hace que el grupo del DF y su primer disco sea tan interesante como para no volver a él: venga, que si bien Torreblanca son parte de ese grupo que se mira en crecentes influjos por el país; favoritos de la prensa y del publico general en los cumpleaños, aniversarios y demás cursilerías del mundo de las redes sociales; nótese igualmente que esta minoría representa la cara que sobresale como si fuera una escena en realidad por todo el pais: Carla Morrison, Natalia LaFourcade (quien por cierto es invitada en el disco) o Ximena Sariñana (y ahí vienen Nurr Slim y Furland).

Si algo me emociona, de manera personal, sobre los resultados musicales actuales en el país es ese pensamiento abstracto con el cual se ha envuelto el proceso y resultado. Resulta abundante ese peligro de circunstancias incomodas: que en vez de tratar con un cuchillo caliente cortar mantequilla quisieran intentar varias veces cortar metal oxidado con una hoja de papel y algo como Bella Época no tiene lugar en una revolución que quiere ser todo menos condescendiente. Nótese que la crítica es necesaria para reclutar las ideas personales (que seguro se comparte con alguien similar) sobre algo en específico: con esto dicho puedo aplaudir en ciertos aspectos al grupo, pero condeno sus prácticas. Interesante podría ser ver crecer un grupo de tal índole fuera de su espacio de confort, como lo hizo Hello Seahorse! o lo está haciendo Antonie Reverb (con quienes Torreblanca comparte sello). El tiempo determinara si lo harán, o si al menos lo intentaran. O si continuaran en vías de canonización adolecente.