En 2001, Andre Torres trabajaba en la creación de un documental sobre coleccionistas de discos; claramente dedicado con el tema, y como cualquiera que se adentra en un gusto o interés, buscando material de consulta Torres se dio cuenta que no existían publicaciones dedicadas a la cultura del acetato y la búsqueda de discos; aquel arte llamado crate-diggin. El documental se olvido y con ayuda de Brian DiGenti, ávido editor y escritor, junto con varios colaboradores se lanzo el primer número de Wax Poetics el cual prometía secuelas cada tres meses y que cubría la convención de discos WFMU en Nueva York, contenía un articulo emocionante sobre Charles Mingus, discutía el Brainfreeze de DJ Shadow y Cut Chemist y jugaba a hacer ritmos con Madlib: la revista, en ese entonces, iniciaba un camino que continua hasta el día de hoy con 48 números editados que ahora se editan cada dos meses y dos antologías, las cuales se editaron por la extrema demanda por reediciones de números pasados, los cuales se presumen como ya inconseguibles.
"Quería crear algo, que al final de leerlo, no hubiera manera que lo quisieras tirar a la basura". Torres mencionaba en una entrevista para Current; y de alguna manera lo logro; su revista comparte un formato similar a la National Geographic y es altamente coleccionable; se estiman tres lectores por copia, lo cual alcanza una audiencia de 232,200 personas por numero, una cifra favorable para una publicación que nunca ha dejado de ser independiente.
La principal misión de la publicación es inequívocamente la revolución cultural que el hip hop trajo y el obvio rejuvenecimiento que le dio al mundo del acetato: la búsqueda de discos y el sampling. Para 2007 la marca se expandió a una editorial con una división de libros y un sello discográfico curado por la mitad del combo de DJ's Kon&Amir, Amir Abdullah, con una ideología importante: "No es sobre cuántos discos vamos a sacar, si no de qué clase de discos editemos. Tratamos de lanzar discos que serán la siguiente generación para los coleccionistas", contaba Abdullah para On-Point; cuyo sello apuesta por la reedición de piezas obscuras en la historia de la música, principalmente negra, pero igualmente alberga discos nuevos con la promesa de continuar el camino de todo lo que le procede.
Así Wax Poetics se ha erguido como un tótem que equilibra y es parte de lo que el acetato y su cultura representan; no es una publicación sobre música; si no sobre un culto que cada día se expande de manera exponencial.