Bill Savory, un ingeniero de sonido habilidoso, registro entre 1936 a 1940 más de mil acetatos grabados directamente a plástico; una colección privada bastante extensa que le hizo leyenda y ayudo a la creación de varias técnicas que marcaron pauta en el futuro de la grabación y producción musical. Fue parte del equipo liderado por William Bachman, quienes, apoyados por Columbia Records, introdujeron el primer long play de 33½.
Ahora, Doug Pomeroy, ingeniero de sonido ganador del Grammy, trabaja en recuperar y darle vida de nuevo a estas grabaciones, ahora de manera digital. Una cápsula del tiempo que aterriza en el silgo 21 como registro de una época que resulta valiosa sonoramente y mas que nada históricamente.